miércoles, 9 de enero de 2013

LOS FAROS DEL MUNDO


La delirante carrera por querer tocar el cielo con el dedo, está muy lejos de llegar a su fin. Desde tiempos inmemorables el hombre siempre ha tenido la necesidad de hacer notar su presencia de forma megalómana y desproporcionada, crear los faros del mundo. Desde las famosas pirámides, pasando por la muralla china y hasta nuestro días donde las enormidades se han disparado en número y tamaño.

Recordemos por ejemplo el famoso Empire State situado en Nueva York con 381 metros, y nada más y nada menos que 102 pisos. Como para que en una visita turística se pare el ascensor a mitad de recorrido. Sería imposible decidir si subir y luego bajar (subir 50 pisos y bajar 100) o mejor bajar directamente (bajar 50 pisos) y que le den al Empire State.

Otro ejemplo son las famosas Torres Petronas en Kuala Lumpur, en Malasia. Con 452 metros de altura, fue durante años el edificio más alto el mundo. Bonita manera de llamar la atención en Kuala Lumpur, Malasia. Repito, ciudad Kuala Lumpur, país Malasia.

Parece que el edificio más alto del mundo es el Burj Khalifa en Dubai, Emiratos Árabes. Tiene 828 metros de altura y 160 pisos. Me quedo sin palabras, es como 150 veces el edificio donde vivo.

Y digo parece porque nunca puedes estar seguro de esto ya que cualquier ciudad  hoy en día puede hacer el edificio más alto del mundo a pesar de que sus ciudadanos se mueran de hambre. Mañana mismo puede salir una noticia que muestre el edificio más alto del mundo construido en Camboya, Luanda o Kuwait.

Los faros del mundo se crean con las cosas más mundanas y de manera altruista. Con cosas como un libro, un cuadro, una canción o una bombilla. Sino que se lo digan a Cervantes, Shakespeare, Picasso, Warhol, Mozart, John Lennon, Arquímedes, Thomas Edison o Albert Einstein.

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