martes, 30 de abril de 2013

VÍSTEME DESPACIO QUE TENGO PRISA


Si ya lo dice mi abuela, que con cien años algo tendrá que decir: "hay más días que longanizas". Resulta, que ahora, en esta sociedad de "las prisas", del "eso para ayer", del "estoy siempre muy ocupada", del "no tengo tiempo para nada"… hay un movimiento super-mega-guay llamado Movimiento Slow. Joder, se han calentado la cabeza y han descubierto el Nuevo Mundo, que tíos más listos.

Basado en una hiper-mega-novedosa idea (no se lo cree ni él) de un tal Carl Honoré, que escribió "El elogio de la lentitud". Este movimiento nació en Europa hace pocos años y tiene cada vez más simpatizantes, especialmente en países desarrollados. Os podéis imaginar lo que estos cerebritos proponen.

En la comida, critican que cada vez se come más rápido, delante de un ordenador o televisión, sin mirar apenas lo que comes, ni con quién comes. Proponen, comer relajadamente, mirando y saboreando lo que comemos y bebemos. Sin prisas, con la familia… Pues tienen toda la razón, ahora le digo a los de mi trabajo que soy del Movimiento Slow y que me pegaré tres horas cada día para comer, con siestecita incluida claro.

Respecto a la mente afirman que hoy nuestro cerebro salta de un pensamiento a otro, siempre está activo, sin parar un sólo momento. Piensan que sería mejor desacelerar, nuestra salud mejoraría, tendríamos más calma interior y podríamos concentrarnos mejor para pensar de un modo más creativo. Totalmente de acuerdo. Ojalá algún día pueda desacelerarme, tal vez de vacaciones, sólo en una isla perdida con un "todo incluido", algo imposible hoy por hoy. 

Respecto al trabajo, apuestan como no podía ser menos, por trabajar menos horas. Dicen que ocupamos demasiado tiempo en el trabajo, promueven que las personas puedan manejar sus horarios. Que más quisiera yo poder cumplir esta premisa, sería hacer realidad un sueño.

En fin, así continua con diferentes aspectos de la vida. Conmigo tienen un ferviente seguidor del Movimiento Slow, sin haber descubierto nada, simplemente aplicando una lógica natural, muestran defectos de esta sociedad. Claro, que cualquiera diría que se olvidan de que el ser humano es codicioso, avaricioso, impetuoso y unos cuantos más …oso, por los siglos de los siglos.  

lunes, 29 de abril de 2013

CINCO MINUTOS EN EL LIMBO


El 5 de marzo de 1916 se hundía frente a las costas de Brasil el trasatlántico de lujo Principe de Asturias, el más grande y moderno de la compañía española Pinillos, con 600 personas a bordo y que cubría la ruta Barcelona-Buenos Aires.

Este navío fue construido en los astilleros Rusell & Co de Glasgow en 1914 y era el mayor mercante español de la época con características muy similares al Titanic, construido también en los mismos astilleros.

El 17 de febrero de 1916 el Principe de Asturias zarpó del puerto de la Ciudad Condal, con 600 personas a bordo y cinco mil toneladas de carga. Como curiosidad, entre la carga había veinte estatuas de bronce que servirían para construir un monumento conmemorativo a la República Argentina y 40.000 libras esterlinas de oro. Además, en sus bodegas viajaban clandestinamente centenares de inmigrantes que huían de una Europa arrasada por la Primera Guerra Mundial. Tras hacer escala en Valencia, Cádiz y las Palmas de Gran Canaria, el Principe de Asturias cruzó el Atlántico y se aproximó a las costas brasileñas con la intención de entrar en el puerto de Santos, cosa que no fue posible porque una gran tormenta impidió la maniobra. En la madrugada del 5 de marzo con unas condiciones marítimas muy adversas, olas de más de ocho metros y vientos huracanados, hacían colisionar al Principe de Asturias con los arrecifes de Punta Pirabura. El impacto abrió una gran vía de agua en el casco a la altura de la sala de máquinas, provocando una explosión. El agua inundó rápidamente el buque y además provocó un fallo generalizado del sistema eléctrico que hizo imposible enviar un mensaje de socorro. El barco se escoró hacia babor muy rápido, lo que impidió descolgar los botes salvavidas y en poco más de cinco minutos fatídicos el Principe de Asturias desapareció bajo las aguas de las costas de Brasil, llevándose consigo la vida de 450 personas oficialmente. A esta siniestra cifra abría que sumar los cientos de personas que huían de la Primera Guerra Mundial y viajaban furtivamente hacinados en las bodegas. Cinco minutos de confusión, de caos, de miedo. Cinco minutos en los que la muerte te hecha su aliento en el cogote. Cinco minutos luchado por tu vida.

A pesar de la tremenda tragedia, el suceso es una historia desconocida, posiblemente eclipsado en su época por el Titanic. Este tipo de naufragio es el más común a lo largo de la historia de la navegación marítima, un navío arrastrado hacia la costa por una colosal tormenta. 

miércoles, 24 de abril de 2013

SALAMANCA, CIUDAD LITERARIA


Vida y literatura confluyen en Salamanca de tal manera que podemos decir que es la primera ciudad literaria de España. Gracias a sus universidades (la de Salamanca, inaugurada aproximadamente en el año 1200, es la más antigua de España  y una de las cuatro más antiguas de Europa) y las labradas piedras de sus muros (hay un renacimiento arquitectónico específicamente salmantino). Más de 35.000 estudiantes universitarios, de los que 15.000 son extranjeros, proporcionan una animada vida diaria. Aquí nació el Derecho de Indias. Las universidades de América se fundaron tomando como base los estatutos de la Universidad salmantina. 

La vida literaria asoma en cada muro, detrás de cada esquina. La Casa museo de Unamuno, uno de los profesores de la universidad. La Cuesta de Carvajal, tantas veces recorrida por aquel frailecillo, estudiante de Artes, llamado Juan de la Cruz. El poeta Fray Luis de León, el más renombrado de sus profesores. El huerto de Calixto y Melibea. Fernando de Rojas, autor de La Celestina, pasó por estos claustros. Lázaro de Tormes, nació en la ribera del salmantino río Tormes. El toro contra el que el ciego estrelló la cabeza de Lazarillo resiste en el Puente Romano. 

Cada ocaso las fachadas de piedra se vuelven de oro rojizo. El espectáculo puede gozarse en las terrazas de cualquiera de los cafés literarios como Dominicos o Novetly. Una estatua inmortaliza al novelista Torrente Ballester. El licenciado Vidriera, de Cervantes, nos recuerda que esta ciudad hechiza a sus visitantes. Otro alumno de la universidad fue Luis de Góngora que aprendió tanto de los garitos como de las aulas. Dos calles bellísimas, Libreros y Compañía, traen recuerdos de la Salamanca de imprentas y librerías. Y no nos olvidamos de las delicias en verso de Tirso, Lope, Ruiz de Alarcón, Jovellanos, Cadalso, Espronceda. Literatura por los cuatro costados.

lunes, 22 de abril de 2013

DEL MEKONI AL HUEVO


El mekoni es una palabra de origen griego que significa jugo adormecedor u opio. De mekoni deriva la palabra meconio, utilizada en la actualidad con dos significados. Uno farmacéutico, es el jugo que se saca de las cabezas de las adormideras. El otro se define como excremento de los niños recién nacidos (la relación con el jugo adormecedor tiene su gracia). Ahora nos interesa esta última definición. Este meconio es una sustancia viscosa y espesa de color verde oscuro a negruzco, compuesta por células muertas y secreciones del estómago. Ni que estuviéramos definiendo las babas de un “alien". Lo que estamos definiendo es nuestra primera deposición, también conocida como excremento. Si utilizamos una jerga más común podemos decir boñiga, caca, mierda, truño o incluso huevo. No tengo claro cual es la más acertada, supongo que cada uno tendrá sus preferencias. Pongamos varios ejemplos para ver cual nos parece mejor.

La situación es la siguiente:
Estamos en casa, después de cenar, sentados tranquilamente en el sofá a eso de las diez de la noche. Tu pareja se levanta, sale del salón. Al rato vuelve y dice:

Opción 1:
- He hecho una deposición y me ha sentado estupendamente -te quedas pensando un momento sin saber muy bien que dice, pero como estás haciendo zapping no le haces mucho caso. Le ves con cara de satisfacción y sin querer te inclinas a pensar que debe ser algo bueno.

Opción 2:
- Cariño, me ha salido un excremento absolutamente grotesco -le miras a la cara y piensas que se está quedando contigo o que está gilipollas, no hay más opciones.

Opción 3:
- Uff, acabo de dejar una mierda en el váter que no se te ocurra entrar en una hora -no te dignas a mirarle. El encanto se a perdido por completo. No se puede ser tan basto.

Opción 4:
- Cielo, menudo truño he dejado en el baño, me he quedado como un santo -no está mal, pero le falta un poco de tacto. Eso de mezclar a los santos y el cielo con la mierda no le gusta a todo el mundo.

Opción 5:
- Reina, he puesto un huevo en el trono y me siento como un rey -esta opción parece la mejor. Fusionar la realeza con la mierda es algo simpático y hasta creativo. Tiene un tono chistoso muy aceptado de forma generalizada.

Estas son sólo unas opciones entre otras muchas. Pero claro, lo mejor es siempre nadar entre dos aguas para no molestar a nadie en esta situación tan delicada. Depende de la persona y del momento.



miércoles, 17 de abril de 2013

¡HOSTIAS, MELQUÍADES!


Melquíades fue un papa de la Iglesia Católica desde el año 310 a 314 aproximadamente. Era de origen árabe (ahora sería imposible, en esto ha perdido la Iglesia), emigró a España y luego a Italia. Este papa comenzó a utilizar el pan bendito, la hostia de hoy en día. Era un visionario, un revolucionario. Esto fue un acierto, seguro que más de un monaguillo y de un cura cuando le entra un poco de hambre en la sacristía, se mete unas cuantas hostias sin rechistar. Por supuesto me refiero a las hostias de comer, no a las hostias de golpear. Hay mucho que agradecer al papa Melquíades, toda una industria a nivel mundial de elaboración de hostias. Seguro que alguna de estas fábricas de hostias se llama Melquíades en su honor. 

Evolucionando esta idea podríamos comenzar por fabricar hostias de colores con el mismo sabor. Por ejemplo hostias verdes, hostias azules, hostias amarillas y hostias rojas. Tampoco es bueno el exceso, con el blanco clásico y estos cuatro colores hay suficiente, creo que podríamos cubrir casi todo el espectro de preferencias de los feligreses. ¡Ah!, que a nadie se le ocurra pensar en una hostia negra, suena satánico.

Este sería un primer paso. Más adelante se podría avanzar y meter sabores a las hostias, igual que a los yogures. Hostias de fresa, hostias de plátano, hostias de manzana, hostias de vainilla y hasta hostias de chocolate. ¡Uff!, me están dando ganas de ir a misa. Esto sería un éxito de público asegurado para las iglesias, más que el estreno de los nuevos episodios de Star Wars.

Pero esto no es nada con lo que tengo pensado para terminar de redondear la jugada. En iglesias de barrios elitistas (lo digo por el coste más elevado de fabricación) podríamos repartir hostias 0,0% materia grasa con bifidus, hostias al estilo griego, hostias stracciatella y hostias de soja. Y para los más pequeños peti-hostias. Con esto aseguramos que la iglesia se llena.

Ahí dejo estas magníficas ideas para posibles empresarios emprendedores que gusten de repartir hostias a diestro y siniestro.

lunes, 15 de abril de 2013

ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN


Vivimos en un mundo real o eso es lo que creemos. Personas que forman nuestra vida diaria. Nuestro marido, mujer, pareja, hijo, hermano, madre, padre, abuela, vecino, amiga, frutero, panadera, compañera de trabajo, quiosquero, camarero… todos ellos reales, los vemos, los oímos, los tocamos. Nuestra ciudad, nuestro pueblo. Conocemos sus calles, aceras, tiendas, mercados… hemos pasado mil veces por esa calle, por ese parque. Forman parte de nosotros, nuestra vida se mueve entorno a todos a estos lugares, un día tras otro. La casa en la que vivimos, el sofá, nuestra cama, la ducha, las habitaciones, la cocina, el comedor… conocemos cada rincón, sus ruidos, su olor, cada recoveco de nuestro hogar. 

Un buen día vamos a comprar el pan y la panadera de siempre ya no está, en su lugar hay otra persona. Preguntas y te dicen que se fue a otro sitio o algo similar. El quiosquero de siempre se jubiló y ahora hay otra persona a la que compras el diario. Vas al trabajo y ya no ves a una compañera que has visto durante muchos años, hay otra cara. Con los lugares y objetos sucede exactamente igual. La panadería, el mostrador que ha tocado y visto cientos de veces, la calle donde está situada. El quiosco, ese espacio tan reducido, las pilas de diarios y revistas. El trabajo, los muebles de oficina, las sillas, los ordenadores. Todo tan presente para ellos y en poco tiempo tan ficticio.

Siempre hay un tiempo de recuerdo, un tiempo en el que todo es real, todo está fresco. Un impasse donde la anterior percepción y la nueva, conviven. Un tiempo que se mueve entre la realidad y la ficción. Luego, poco a poco, lentamente, esa cara nueva, ese lugar reciente, va suplantando todo lo anterior. El pasado se va difuminando. Va cambiando nuestra realidad hasta tal punto que lo pasado, lo de siempre desaparece casi por completo y deja de ser real para convertirse el algo imaginario, en algo ficticio. Un recuerdo lejano que hace equilibrio entre la realidad y la ficción.

viernes, 12 de abril de 2013

AGUA


Más del 60% de nuestro cuerpo es agua, simple agua. En los bebés el porcentaje se dispara hasta el 85%, casi te los puedes beber. Esto pone de relieve la absoluta necesidad de hidratarnos. Y cuando digo hidratarnos me refiero a agua. No hablo de hidratarse con una deliciosa y fresquita cerveza o con un chispeante y helado gin-tonic.

Al leer esta última frase percibimos que precisamente no es agua lo que más nos gusta. Algunas marcas han intentado vender agua "con sabores". Buen intento, pero si la pruebas no sabes si bebes "aguachirri" o agua con "no se que", en fin, que no hay por donde cogerlo. El agua es agua y cuando necesitas agua tienes muy claro lo que quieres.

Esta claridad de necesidad y decisión es básica e importantísima. Imagina que tu cuerpo necesita agua y le das otro líquido como ginebra o gasolina. Esta pequeña disfunción nos puede provocar graves problemas. 

También podemos percibir las necesidades de la naturaleza. Si una planta amarillea se está secando, por tanto necesita agua y la regamos. Somos capaces de ver las necesidades de nuestro entorno natural. En la sociedad, con las personas ocurre lo mismo, también percibimos sus necesidades. Pero aquí miramos hacia otro lado, dejamos que se vaya secando poco a poco sin pensar que todos necesitamos agua. Todos somos agua.

martes, 9 de abril de 2013

SAMPEDRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS


José Luis Sampedro nació en Barcelona en 1917. A los 4 años se traslada a Targer con sus padres, su padre era médico militar. A los 13 fue enviado a un pueblo de Soria a casa de un familiar. Aquí nació su afición por la literatura, leyendo sin parar los clásicos de aventuras. En 1936 mientras trabaja en Santarder, en aduanas, estalla la guerra civil. Militó en los dos bandos y de los dos salió escarmentado. Era "fusilable" por ambos bandos. En 1954 publicó su primera novela. Fue un gran economista, sociólogo, filósofo y escritor. Para siempre tendremos entre nosotros libros como La sonrisa etrusca o El río que nos lleva. Su última aportación es el prologo y un capítulo de ¡Indignados!, de Stéphane Hessel. El 8 de abril de 2013 falleció en Madrid a los 96 años, de manera sencilla y sin ruido, como el quería. 

Aquí remito algunos de sus pensamientos:
"Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres". Eso dijo José Luis Sampedro después de recordar sus tiempos como Catedrático de Estructura Económica en la Universidad Complutense de Madrid y los cursos llenos de futuros ministros de Hacienda: Boyer, Solchaga, Solbes, Salgado... Todos alumnos suyos.

José Luis Sampedro tenía un sentido del humor que solo se nublaba cuando hablaba del presente: de la degradación de la enseñanza pública a favor de la privada; del plan Bolonia como extinción de una universidad "nacida para saber y no para hacer", "para ganar dinero". Han rendido la universidad, afirmó, a la productividad, según él, una de las "diosas de hoy", a las que todo se sacrifica. Las otras dos, añadió, son la competitividad y la innovación.

"Cada cultura ha tenido su referente. Los griegos, el hombre; la Edad Media, Dios; ahora, el dinero. Para mí el referente es la vida. Hemos recibido una vida y vamos a vivirla hasta el final. Pero para eso necesitamos la libertad, para que esa vida sea la nuestra y no la que nos mandan tener". Y añadió: "La libertad es como una cometa. Vuela porque está atada. Sin cuerda no vuela, y esa cuerda que facilita el vuelo pero se resiste al viento es la fórmula clásica de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad. En 2000 años hemos progresado técnicamente pero seguimos aislados en tribus, salvajes, matándonos unos a otros".

El Premio Nacional de Las Letras 2011 ha recaído en un hombre que aboga por una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos", para quien la "productividad, competitividad e innovación" deberían ser sustituidas por "vitalidad, cooperación y creación".

En una estrevista:
¿Qué le sugiere que en el siglo XXI se declare santo a Juan Pablo II, fallecido hace cinco años? Hay una gran diferencia entre verdad y creencia. La verdad es la que podemos comprobar, y las creencias pertenecen a la zona imaginaria.

Obviamente, no es creyente. Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad de que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la razón y no con la fe. Cuando creemos lo que no vemos, acabamos por no ver lo que tenemos delante.

¿El amor es el consuelo del agnóstico? La gente suele identificar el amor con el hecho de hacer el amor, y piensa que a mi edad no tiene sentido. Claro que lo tiene. La compenetración, el afecto, el saberse sin hablar. Para mí, eso es más que siete Nobel. El goce de la vida no es cuestión de cantidad, sino de sensibilidad, intensidad, compenetración. La ternura da una intensidad profundísima. Y para eso no necesito el alma, tengo la mente. El cerebro, a base de combinar ideas como hace, peor, un ordenador, construye un mundo mental que da las sensaciones que se atribuyen al alma. Yo tengo memoria, algún entendimiento y voluntad. El mundo es energía. Todos tenemos una chispa. A lo que llaman alma, yo lo llamo mente.

"Los que tienen poder quieren más poder; los que tienen dinero, más dinero; los banqueros que están forrados quieren sueldos más altos, y a la vez le dicen al obrero que hay que trabajar más y cobrar menos, ¡pero bueno! ¿Por qué no se para un rato la rueda y se reflexiona? Porque a los que mandan no les conviene, por eso no favorecen el pensamiento crítico, sino el transmitido por sus medios y por la educación, porque eso empieza en la niñez. Ahora lo de Bolonia es entregar la Universidad a los financieros e industriales. Y se estudiará lo que convenga para producir más."

 "Hay que reeducarse para no ser meros productores y consumidores como pretende el sistema. Hay que razonar primero y crear después. Si hay libertad de pensamiento, habrá libertad", ha dicho Sampedro.


lunes, 8 de abril de 2013

PAPER FOR EVER


La nueva directora del diario Le Monde, Natalie Nougayrède, afirma que "el papel no desaparecerá". No se si se refiere al papel de los diarios, al de la cocina o al de limpiar las partes sacras. Según este mismo orden podemos establecer una lista de papeles que desaparecerán según rigurosa necesidad. 

Por descontado, el que tiene "más papeles" (fíjate tu, gracias al papel podremos decir esto) para desaparecer es el diario, por mucho que Natalie diga lo contrario. Al menos en la sociedad occidental donde quieren meter los ordenadores y las pantalla táctiles hasta en la ducha. Al final resultará que cuando te duches de buena mañana tendrás la posibilidad de leer el diario digital en la pantalla incrustada en la pared de tu cuarto de baño.

En segundo lugar creo que iría el papel de la cocina, se puede sustituir por trapos o telas. Esto abría que estudiarlo. Limpiar una mancha de aceite en el "Silestone" ¿con papel o con la bayeta? De aquí nace otra duda, ¿las servilletas de papel o de tela? Si se ponen muy pesados, la mancha se puede limpiar con la bayeta y las servilletas de tela, como antaño. Ahorramos en papel, en árboles y mejoramos un 0,03% nuestra atmósfera.

Y en tercer lugar, al menos para mi humilde parecer, estaría el papel higiénico (no se de donde viene este nombre, como si el resto de papeles no fuera higiénico). Después de ese momento "all bran", que dicen en algún anuncio, es inevitable utilizar el papel. A ser posible un papel suave y mullido. Siempre está la posibilidad de hacer lo que hacen en el mundo árabe, limpiarse con agua y supongo que utilizando la mano también. Esta opción la veo un poco húmeda y a mi tanta humedad me irrita la piel. También podemos limpiarnos con una piedra, como decía mi abuelo que a veces se hacía en el campo. Siento no compartir con él esta dura opción, sigo prefiriendo el papel suave y mullido.

Creo que al final Natalie tiene razón "el papel no va a desaparecer".

viernes, 5 de abril de 2013

PINOCHILANDIA


Mirando el panorama actual de nuestra sociedad podemos llegar a la conclusión de que Pinocho era un tontín, un aprendiz de mentiroso si lo comparamos con cualquier de los personajes que "okupa" los medios de comunicación de este país. Su principal rasgo identificativo es que con pruebas concluyentes de su culpabilidad, siguen diciendo "no".

Lo primero y primordial es negarlo rotundamente y que el tiempo vaya pasando. Siempre están respaldados y asesorados por los mejores abogados. Los pueden pagar con el dinero que se ha reproducido por esporas en sus lujosas casa. Si llegan a estar imputados lo siguen negando y por descontado ponen cara de tremenda sorpresa. Se les ve afectados, claman justicia al cielo e incluso tienen la desfachatez de denunciar, a quien haga falta, por el deterioro de su sacrosanta imagen. 

Si son procesados continúan negando y exponen que todo es un burdo montaje. Piensan que el resto de la población es imbécil. No hay otra explicación para actuar de esta manera. 

Si son condenados…. bueno creo que ahora no recuerdo a ningún condenado de este nivel. Y eso que el "número uno" dijo que la justicia es igual para todos.

La mentira forma parte de sus vidas de manera constante y habitual. Es algo normal. Su oficio es mentir para enriquecerse. Son Pinochos profesionales y no son de madera. Si el florentino Carlo Collodi levantara la cabeza vería como su obra ha influenciado en nuestra sociedad hasta el punto de parecer que vivimos en Pinochilandia.

martes, 2 de abril de 2013

EN EL ASIENTO TRASERO DEL SEAT 124


Recuerdo cuando viajábamos al pueblo en el coche de mis padres. Dulces recuerdos y plácidos viajes. Viajes sin prisas, viajes alegres. Solíamos salir pronto, a eso de las ocho o las nueve de la mañana. Para trescientos quilómetros parábamos a mitad de camino más o menos, en una especie de área de descanso que tenía una locomotora antigua a modo de monumento. En este área situada en medio de Ávila, Segovia y Salamanca, nunca he sabido exactamente donde estaba, había un pinar con unas mesitas de piedra y a lo lejos las llanuras castellanas. Mi madre, que era la encargada del rancho, tenía preparado casi siempre tortilla de patatas en un "tupper". Naturalmente estaba fría, pero estaba buenísima. Todo en este viaje era buenísimo. Nada más salir de Madrid la ilusión y la felicidad se veía en nuestras caras. Era verano, mis padres jóvenes, fuertes y con salud. Sus tres hijos estaban en el asiento trasero del Seat 124 blanco, con una ilusión desmesurada. Después de la gustosa parada y el "pipí" de rigor continuábamos hacia nuestro destino, sin premura, disfrutando del viaje y del momento. Mis padres hacían algún comentario como "de este pueblo que hemos pasado es el marido de Celia". Sin darnos cuenta llegábamos a la tierra prometida, siempre antes de la hora de comer. Aquí comenzaba un mes de vacaciones, aquí comenzaba un mes de felicidad.

Los años han pasado y estos viajes han cambiado. Para trescientos quilómetros a nadie se le ocurre parar y menos en un lugar sin restaurante, gasolinera, lavabos, zona de recreo, parking y zona vigilada con cámaras de seguridad. Los viajes de ahora son diferentes. Parecen menos naturales, más robotizados. Sólo hay prisas por llegar. 

Esto es un reflejo de lo que ha pasado en nuestra sociedad en todos los ámbitos. Los que tuvimos la suerte de poder vivir el pasado de hace sólo treinta o cuarenta años, podemos ver que la aceleración social que vivimos está lastrando nuestra minúscula pero querida existencia.