miércoles, 8 de mayo de 2013

REYES DE SU INFANCIA


Sin zapatos. Sin guantes. Ni cascos, ni lentes de protección. Así cada día se enfrenta Begum a su jornada de trabajo. Él ya es uno de los trabajadores más veteranos del galpón 2, donde comenzó hace 5 años, cuando apenas alcanzaba los 7. Begum es uno de los 5 millones de niños que trabajan en Bangladesh para grandes empresas mundiales. Su sueldo no sobrepasa los 12 euros mensuales, y las normas de seguridad son inexistentes.

Al escuchar la sirena a la siete de la mañana, Begum corre cada día hasta la puerta de la fábrica, que no es más que un galpón improvisado de tres pisos, en el que la temperatura media es de 40 grados, combatida por dos ventiladores huérfanos de la mitad de sus aspas. La luz natural suele colarse con timidez por las cuatro ventanas dibujadas en las paredes y que han sido tapadas por grandes carteles de distinta publicidad electoral.

Esta improvisada empresa es una de las 600 que funcionan en la capital de Bangladesh, donde los niños entre 5 y 12 años representan la mano de obra más barata del mercado. Su trabajo consiste en hacer ollas pequeñas. Los trabajadores más grandes pasan las láminas y los más pequeños las moldean. Se sientan en el suelo y van dando con un martillo a las piezas para que alcancen la forma que les piden. Así durante interminables horas. La comida se la tiene que traer de casa. Tampoco hay baños, ni agua. Los domingos no trabaja y los pasa durmiendo, siempre está cansado.

¿Quiénes son los amos que roban tan cruelmente la infancia a esos niños? ¿quiénes son los reyes del mundo? ¿quiénes miran pero no ven?

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