viernes, 30 de agosto de 2013

CAMINANTE, NO HAY CAMINO


Cuando las vacaciones tocan a su fin y tenemos que hacer el camino de vuelta para volver a la ciudad en la que vivimos, la ciudad que se lleva casi toda nuestra vida y hacemos un repaso imaginario de lo vivido en estos días de ocio y descanso, como intentando no perder esas sensaciones del veraneo, esos sentimientos de libertad y regocijo, nos damos cuenta que el camino hecho es pasado, y lo pasado, pasado está. Es como la estela que deja un barco al navegar que a los pocos segundos desaparece en el mar, así es nuestra vida, nuestro camino. Como ya nos dejó en su gran legado Antonio Machado:

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en el mar.

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