martes, 3 de septiembre de 2013

UNAMUNEANDO


Nuestro querido Miguel discernía brillantemente sobre el espinoso asunto de la existencia, del ser. Planteaba que para existir hay que dudar, y para dudar tienes que pensar y si piensas eres. Pensar es dudar y nada más que dudar. Se cree, se sabe, se imagina sin dudar; ni la fe, ni el conocimiento, ni la imaginación suponen duda y hasta la duda las destruye, pero no se piensa sin dudar. La fe y el conocimiento, son algo estático, quieto, muerto, y en cambio la duda hace pensar, que es dinámico, inquieto, vivo. 

Lo más liberador del arte es que le hace a uno olvidar o dudar que exista, como el que lee una novela y se olvida de si mismo. Entonces te preguntas, ¿y qué es existir?, el hecho de hacerte esta pregunta es indicativo de que existes, de que piensas, de que dudas. Ser o no ser (existir o no existir), que dijo Hamlet, uno de los que inventaron a Shakespeare. ¿Quién es más real, Romeo, Julieta, Hamlet o Shakespeare? ¿Quién ha creado a quién? ¿No es don Quijote tan real, sino más real que Cervantes?

Las frases, cuanto más profundas, son más vacías. Descartes dijo: Pienso, luego existo. Esta frase es lo más verdadero, porque no es nada, es una frase vacía, que equivale a decir que ser es pensar y lo que no piensa no es.

Claro está, maestro Unamuno, claro está.

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