martes, 6 de mayo de 2014

EL PASTORCILLO Y LOS DOS FILISTEOS


Cuenta el libro de Samuel que un filisteo extraordinariamente alto y fuerte y su hermano de la misma talla se enfrentaron a un pequeño pastorcillo. Ellos eran los amos y señores, él un simple paisano. Ellos portaban grandes armas, escudos y armaduras, él iba armado con una pequeña honda y todo el empeño por alcanzar cotas humildes. Ellos eran Goliat y Lahmí, él era David. Ellos son F. C. Barcelona y Real Madrid, él es el Atlético de Madrid. Ellos son los filisteos, los grandes y prominentes hombres, pero también filisteo quiere decir de espíritu vulgar y poco sensible; él es el modesto y sencillo. Ellos son los petulantes niños ricos que se deprimen y entran en una gran crisis cuando quedan segundos, él es el llano y respetuoso.

El pastorcillo ganó la Europa League y la Supercopa. También ganó la Copa del Rey a uno de estos todopoderosos filisteos y recientemente eliminó de la Champions al otro, alcanzando así la final para volver a enfrentarse nuevamente al anterior filisteo. Pero el pastorcillo resiste, y además resiste en contra de todos y de todo, porque ineptamente, la amplia mayoría está a favor de los filisteos. 

El abismo económico que diferencia a los dos filisteos y al pastorcillo (unos 400 millones de euros anuales) se ha llenado con coraje y esfuerzo, con lucha constante y humildad; alcanzando un instante mágico en el tiempo que hace soñar y creer en justicias equitativas que únicamente los dioses pueden ponderar. 

No se cuando acabará este maravilloso hechizo, pero me da igual. Lo visto el último año ha sido un leñazo contra el descaro filisteo, contra la desfachatez, contra el pesimismo, contra la sensación de que los grandes siempre se comerán a los pequeños. Y eso es más importante que cualquier título deportivo.




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