martes, 3 de marzo de 2015

MI LUCHA


El tiempo da y quita razones, pero sobretodo deforma la realidad. Durante este año el Estado de Baviera (titular hasta finales del presente año de los derechos de edición) volverá a publicar Mein Kampf (Mi lucha), libro firmado por Adolf Hitler, en el que se autoproclama Übermensc (superhombre, término acuñado por Nietzsche), al más puro estilo de dictador de Corea del Norte, Kim Il-sung, (Gran Líder y Líder Eterno, incluso desde el más allá gobernará los designios de su pueblo). No quiero establecer paralelismos, ya se sabe, las comparaciones son odiosas, pero resulta inevitable.

En Mein Kampf, se perfilan las ideas principales del truculento régimen alemán. Destaca su amor por el pueblo alemán, el pueblo de verdad, el de la tierra y no los que no son de la tierra, desgrana sus tesis sobre el peligro del "pueblo judío", también proclama que el pueblo alemán tiene que alcanzar el liderazgo mundial y conquistar Europa, que hay hombres que merecen morir (por ser judíos fundamentalmente, pero también por no ser de "la raza"), menciona en repetidas ocasiones el "destino histórico" de su pueblo (el alemán), palabras estas, muy utilizadas por los Grandes y Eternos Líderes nacionalistas (o molt honorable, chirría solo leerlo) de nuestro entorno que, al igual que aquel del bigotito, se sienten superhombres capaces de reconducir el designio de su lastrado pueblo y todo cuanto dicen o hacen son "momentos históricos" dignos de ser escritos con letras de oro para que su amado pueblo pueda recordar quien es el mesías salvador. En fin, volviendo a Mein Kampf, estamos ante un compendio de barbaridades mesiánicas y antisemitas adornado por un consciente y omnipresente desprecio por la vida humana.

Ahora bien, yo me pregunto, ¿por qué publicar un libro que es la base del pensamiento nazi que tantos millones de muertes provocó?. Hay varias posibilidades, la primera que se me ocurre es el "vil dinero". Teniendo en cuenta cómo es nuestra sociedad en la que lo primero es el dinero (por encima de las vidas, esto es indiscutible, cada día vemos en los medios de comunicación cientos de pruebas), parece una buena razón. Supongo que habrán hecho un fantástico estudio de mercado, teniendo en cuenta el clima segregacionista que ahora se respira, entre otros aspectos, por supuesto, y su decisión ha sido concluyente: es un excelente momento para volver a airear el pensamiento nazi. 

Otra posibilidad es que los responsables de la publicación estén como un cencerro y vean bien, sin tener en cuenta los beneficios económicos, publicar semejante libraco saturado de propaganda convulsiva y fetichista, porque en mayor o menor grado les parece un libro entretenido. Dejémoslo ahí, no quisiera añadir "necesario" o "didáctico" porque entraríamos en un terreno demasiado tenebroso, a pesar de todo, los habrá que así lo consideren.

Y por último, existe la posibilidad de publicar algo que consideran histórico y por lo tanto deformable gracias al paso del tiempo. Vuelvo al inicio de este artículo, el tiempo da y quita razones, pero sobretodo deforma la realidad. Pensemos en cualquier imperio, el Romano por ejemplo, tan estudiado y mostrado en miles de libros a lo largo de decenios. El romano, fue un imperio devastador dirigido por dictadores que mandaban ejércitos de huestes que invadían, sometían, esclavizaban, violaban y asesinaban. Con el paso del tiempo, esos dictadores y su acentuado imperialismo bélico ha pasado a ser una especie de cuento, incluso desde el punto de vista cultural está bien visto conocer en profundidad sus desvaríos marciales. A pesar de lo sabido, se han realizado películas y editado libros en cantidades industriales. Parece probable que los que sufrieron la crueldad y barbarie de la invasión romana, no tuvieran muchas ganas de leer sobre el asunto, y menos aun, de como los iluminados emperadores de turno motivaban a sus ejércitos para ampliar sus dominios. 

Juzguen ustedes si es adecuado o no la publicación de Mein Kampf, si es apropiado espolear los delirios inhumanos de un personaje que fueron la base ideológica de un genocidio en toda regla. Publicar Mein Kampf, para tener presente unos hechos que no queremos que vuelvan a ocurrir (a pesar de que a lo largo de la historia de la humanidad siempre se han repetido, solo queda esperar para que vuelva a suceder) o para todo lo contrario, estimular ese segregacionismo creciente y acelerar ese tiempo de espera para que vuelva a ocurrir el desastre. Solo depende de las manos en las que caiga el libro.

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